viernes, 21 de marzo de 2014

A LA ESPAÑOLA...by Sophie!


sophie@lolacirmi.com.ar











He recibido algún que otro buen comentario sobre estas humildes entradas que les vengo aportando y quiero responder, gratitud aparte, que yo también estoy aprendiendo mucho con esto. Tanto que he decidido que uno de mis trabajos de la carrera de este cuatrimestre será sobre la moda española en la Edad Moderna. Dicho esto, les cuento que vengo leyendo varios artículos sobre el tema y he llegado a unas primeras conclusiones: la moda siempre es reflejo de la situación política y económica de la época y más particularmente, en el caso español moderno, del enfrentamiento entre la tradición religiosa y sobria española, y el lujo que venía desde Francia.
            En el siglo XVIII se produce, guerra mediante, un cambio de dinastía en España: los Habsburgo dan lugar a Borbones (el Rey actual es un borbón, si ese, el que mata elefantes) venidos de Francia, que traen consigo aires de renovación y, por supuesto, toda el estilo francés mucho más recargado y lujoso que no tarda en entrar en conflicto con las costumbres locales. Durante el reinado de Carlos III (1759-1788) su ministro de mayor confianza, Leopoldo de Gregorio, el marqués de Esquilache, se propuso modernizar la sucia e insegura villa de Madrid, con medidas de lo más, digamos, coherentes como las fosas sépticas, el alumbrado, la pavimentación. Pero también se empeñó en desterrar el uso de un atuendo típico, la capa larga y el chambergo (una especie de sombrero de ala ancha) ya que permitía cubrirse, pasar al anonimato y esconder armas. Con esta medida, el ministro pretendía mejorar la seguridad de la ciudad. El llamado Bando de capas y sombreros del 10 de marzo de 1766 ponía en palabras del rey: "quiero y mando que toda la gente civil... usen precisamente una capa corta... de forma que de ningún modo... oculten el rostro"(Novísima recopilación, Ley XIII, en Los Códigos españoles concordados y anotados, vol. 7, pg. 378).
            El pueblo vio esta medida como un intento de imponer una moda provenida de Francia (aunque Esquilache era italiano), y no tardó en reaccionar violentamente. Pero por supuesto una reacción tan violenta como la que provocó, poco tenía que ver con el cambio de vestuario, sino con la situación de hambruna que vivía el pueblo y el aumento del precio del pan. El domingo de Ramos, 23 de marzo, se desencadenó en la plazuela de Antón Martín (donde está la actual entrada al subte) un enfrentamiento entre uno que llevaba los atuendos prohibidos y un alguacil, que permitió asaltar el cuartel y tomar de allí armas. Luego comenzaron a marchar por Atocha, cada vez más "revoltosos" gritando: ¡Viva el Rey! ¡Viva España! ¡Muera Esquilache! En el vídeo que les paso abajo, que son fragmentos de la película Esquilache  de 1989,  sobre este tema, se ve a los amotinados gritar las palabras que les dijo un misterioso personaje que encontraron esa noche: Vosotros seguid la liebre, que ella se cansará. Intentan infructuosamente asaltar la casa del Ministro. Los días siguientes la violencia se radicaliza y los amotinados hacen llegar estas peticiones al Rey, que poco tenían que ver con la prohibición de la capa y el sombrero, pero sí con muchas cuestiones que enfurecían al pueblo: que se destierre de los dominios españoles al marqués de Esquilache y a toda su familia, que no haya sino ministros españoles en el Gobierno, que bajen los precios de los comestibles, que sea conservado el uso de la capa larga y el sombrero redondo, que Su Majestad se digne salir a la vista de todos para que puedan escuchar por boca suya la palabra de cumplir y satisfacer las peticiones. El Rey respondió tarde a estas cuestiones, cuando ya todo el motín se había extendido por España en sus principales ciudades.
Carlos III  cumplió con varias de las exigencias y Esquilache marchó al destierro pero una consecuencia aún más grave saldría de todo este asunto. Desde hace tiempo la corona mantenía una disputa con los jesuitas: estos respondían ante el Papa y al poder real le disgustaba esta falta de autoridad sobre quienes manejaban la educación superior tanto en España como en América (esto es un gran resumen). El gobierno no tardó en acusar a los jesuitas de esta revuelta y al año siguiente, 1767, los expulsó de España y todos sus territorios (como las misiones jesuíticas de la selva amazónica, recordarán la famosa película en las Cataratas del Iguazú).
Pero ¿qué pasó con la moda de la capa larga? Lentamente comenzaron a identificarse con personajes barriobajeros y casi de comedia. Como todas las modas, desapareció pero en el siglo XIX se manifestó otra vez, pero esta vez con el nombre que le pertenecía por antonomasia, el de moda española.





No hay comentarios:

Publicar un comentario