@SophieRohirrim
sophie@lolacirmi.com.ar
Desde el comienzo de los tiempos, el ser humano ha intentado destacarse del
resto de sus pares. Los antropólogos y arqueólogos suelen rastrear el comienzo
de los "status" sociales cuando descubren en las tumbas neolíticas
ajuares ricos en joyas y demás accesorios corporales de distinción. Para el
hombre, el ornamento es un símbolo de jerarquía y de poder. Desde que los
primeros hombres usaron pieles para cubrirse del frío glaciar, la vestimenta ha
hecho un largo camino desde la funcionalidad hasta la vanidad. A lo largo de
estas entradas, intentaré analizar diversos fenómenos históricos en torno a la
indumentaria y especialmente enfocada en explicar el impacto de la moda o lo
que el contexto nos comunica a través de ella.
Vamos a usar un ejemplo
cercano en el tiempo, para dar comienzo a esta historia de la moda. La Primera
Guerra Mundial (1914-1918) fue la primera guerra de tales magnitudes, con
alrededor 17 millones de muertes tanto militares como civiles y otros 20
millones de heridos en toda Europa. El final de esta guerra causó tal alegría
en la población que, combinado con la pujante economía norteamericana de la
industria automotriz, provocó en los década de 1920 una euforia popular
denominada "los locos años 20". Los vestidos de la Belle Epoque más
relacionados con el siglo XIX, se acortaron, Coco Chanel desmitificó el corsé y
el charleston liberó las formas.
Pero un jueves 29 de
octubre de 1929 el sueño estalló y la crisis económica generalizada hundió a
los EEUU y se dispersó por todo el mundo. Esa algarabía de los años 20, se
observó con culpa y arrepentimiento y la moda se tornó triste, tan triste como esa
"década infame".
El peor final para esa
década sumergida en endémicas crisis y con el auge de los fascismos y
nacionalismos (Italia de Mussolini y Alemania de Hitler) será un nuevo
enfrentamiento total entre Europa y EEUU, la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945). La moda seguirá esta tendencia sobria pero con algunas
reminiscencias de la indumentaria militar y el aire fresco proveniente de Hollywood,
en su década de oro.
Del desenlace de aquella
guerra, surge un claro ganador, los Estados Unidos quienes se convirtieron en
la potencia mundial definitiva y en los salvadores de los derruidos países
europeos. Los años 50 para los Estados Unidos fueron una década dorada, de
juventud, inocencia, diversión y calidad de vida inigualable. El baby boom, la Coca Cola, el estilo de vida americano conservador pero muy activo,
se refleja en una indumentaria cuasi infantil, nada provocadora pero con mucha
libertad de movimientos para los nuevos como el boogie boogie.
Sabemos que los años 60's
vinieron a tirar por tierra toda esta vida de bienestar y felicidad, pero
merecen un capítulo aparte. En la próxima entrada nos iremos mucho más lejos en
el tiempo y veremos que las tendencias y la obsesión por ellas, no es algo exclusivo
de nuestra era. ¡Hasta el próximo viernes!
SOPHIE!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Grandiosa revisión
ResponderEliminarEra claro que iba a amar tus entradas
ResponderEliminarme encanto sophie!!!
ResponderEliminarMuy interesante, Lola. Y sobre todo muy interesante vincular los hechos sociopolíticos con la moda. Alguna vez se me ocurrió vincular la explosión de la moda de los '60 en adelante (desde el "flower power" para ser más precisos) con una especie de saturación de los esquemas tradicionales de producción. Es en esos tiempos que, por ejemplo, en la industria automotriz, empiezan a tallar los japoneses, que además traían otro sistema de producción, que terminaría barriendo al Fordismo, claro que más de 20 años después. Perdón por la lata, pero siempre me apasiona vincular estas cuestiones. Abrazo
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