marianoel@lolacirmi.com.ar
Siempre fui partidaria de vivir como
uno siente. Existen personas que son más emocionales que otras, como así otras
que son más pensantes o mentales.
La realidad es que me cuesta entender
cómo se puede vivir pensando más que sintiendo, aunque la vida a veces me
plantea situaciones en las que deseo ser más pensante.
Cuál es entonces el punto correcto?
Qué opuesto produce una mejor calidad de vida?
Un equilibrio sería ideal, sano y es
ahí donde está la prueba en donde deberíamos no sólo aplicar la teoría que
tenemos para llegar al objetivo, sino que es un conditio sine qua non conocerse
a sí mismo.
En estas semanas aprendí que uno
puede estar en eje con uno mismo, tener controlado absolutamente cada sector
que compone tu vida, tu círculo, a tal punto que te hace sentir pleno. Justamente
esa sensación de bienestar y felicidad atrae más cosas positivas, casi
increíbles. Todo lo que te proponés, lo alcanzás. Estás enfocado, sintiendo una
energía que no hace más que elevarse. Qué más podés necesitar?
Viviendo de esta forma produce mucho
placer y tranquilidad. Pero también te olvidás que aunque hayas decidido
vivir de una forma, las decisiones no son cien por ciento tuyas, por lo que me
te percatás que estabas subestimando a una Ley superior y que aunque te
resistas, las cosas suceden.
Te gusten o no.
Los glóbulos blancos atacan a un
cuerpo en el organismo que reconocen como extraño, es un proceso de defensa
natural.
Lo mismo sucede cuando algo que no
esperabas o no querías se te impone en tu vida. Lo atacás, lo querés eliminar.
Te resistís y negás a algo que es. Estás frente a un peligro que atenta sobre
el control que tenías y eso significa entrar a un campo desconocido. En ese
lugar te sentís desnudo y vulnerable. Pero, el punto no es sentir la vulnerabilidad
y que te genere cierto malestar. El punto está en que se te cae gran parte de
tu filosofía de vida, la teoría que tenés, sabés y aplicás.
Entonces, toda esa seguridad que
tenías, el autoconocimiento, tu eje, tu control, era real?
Mi conclusión es que podés tener las
cosas muy claras, podés armarte una vida en la cual estás cómodo, y está bien.
Sintiéndote seguro.
Pero cuando algo inesperado se
presenta y pone en jaque todo eso, te das cuenta que tan claras las cosas no
las tenías y que la vida que armaste simplemente era un camino que te alejaba
de tus propias debilidades.
Lo que suceda con el imprevisto es secundario
y carece de importancia en esta instancia, lo que importa es ser
consciente de tus debilidades y aprender más sobre vos mismo.
HASTA EL PROXIMO DOMINGO!!
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